A raíz de la inminente "quita" que está a punto de aprobarse para la deuda griega nos surge una buena lección acerca de la rentabilidad y riesgo asociados a una inversión.Hace pocos meses el gobierno griego ofrecía la posibilidad de adquirir deuda griega con unas rentabilidades que sobrepasaban la ofrecida por cualquier otro tipo de inversión. Se llego a hablar de interés de hasta el 50%, lo cual mostraba la extraña situación en que nos encontrábamos.
La realidad es que el mercado ya vislumbraba el hecho de que el Gobierno griego no fuese capaz de hacer frente a esta deuda, lo cual se está traduciendo en una realidad a través de esta famosa "quita".
La moraleja que podemos extraer de esta historia es que toda inversión tiene asociado algún riesgo, y que normalmente la rentabilidad de la inversión tiene una relación directa con el riesgo asumido.
De esta forma si alguien nos ofrece un negocio con una rentabilidad superior al 20% podemos intuir que el riesgo de dicha operación será enormemente elevado. Si se trata de un dinero con el que no contamos para un futuro podemos considerar dicha inversión, pero deberíamos descartarlo inmediatamente si estamos hablando de nuestro futuro en forma de fondo de inversión o plan de pensiones.
En los depósitos bancarios sucede exactamente lo mismo, a mayor riesgo mayor rentabilidad, y esta es la razón por la que cuando el depósito está vinculado de alguna forma a la renta variable la rentabilidad puede aumentar, eso si, a costa de una mayor riesgo.
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